¿Sabes que un huevo es mucho más que lo que ves? Sus propiedades tecnofuncionales lo hacen insustituible como aditivo alimentario natural en la cocina. ¿Las conoces? Más en inovo.es.
La respuesta es sí y no. Todo depende de la “forma” en la que estén esos huevos. Lo explicamos:
Huevo entero crudo (en cáscara): NO. Cuando un alimento se congela, se expande, y eso haría que se rompiera la cáscara.
Huevo entero crudo (sin cáscara): SÍ, pero sólo si está batido.
Huevo duro / cocido: SÍ. Aunque no es muy recomendable porque el huevo pierde calidad, textura y gusto.
Yemas: NO porque pueden reventar al congelarse y pierden su textura y propiedades funcionales (se espesan con zonas que se congelan irreversiblemente). SÍ si las congelas batidas con una pizca de sal o una cucharadita y media de azúcar por cada 4 yemas, si ya sabes si las utilizarás para una receta salada o dulce.
Claras: SÍ. Las puedes congelar batidas ligeramente (pierden un poco de funcionalidad).
Yemas cocidas: SÍ. Coloca con cuidado las yemas en una sola capa en una cazuela y agrega agua hasta cubrirlas. Tapar y llevar rápidamente a ebullición. Retira del fuego y deja reposar las yemas, tapadas, en el agua caliente unos 12 minutos. Retira las yemas con una espumadera, escurre bien y congela.
Asegúrate de que el recipiente es hermético. También es muy útil que apuntes en el envase la fecha de congelación y la cantidad de huevo. Pueden durar hasta un año.
Y recuerda, nunca se debe volver a congelar un alimento que ya ha sido descongelado. Para descongelar es mejor hacerlo en la nevera la noche anterior, nunca a temperatura ambiente. Una vez descongelados, utilízalos inmediatamente.
En la imagen puedes ver un huevo duro congelado.
Completamos nuestra información sobre si se pueden congelar los huevos con este otro artículo:
¡El verano ya llegó! 😄☀ Y cómo nos gusta disfrutar en estos calurosos días de recetas ligeras y fresquitas… Además, si se pueden llevar allá donde vayamos ¡mucho mejor! Mira las que te proponemos hoy:
Una estupenda “Ensalada campera” con huevo duro, puntas de espárrago, patata, pimiento rojo y verde, cebolleta, pepino, aceitunas, tomate, maíz y atún… ¡Supercompleta!
Este “Pastel frío de brócoli con jamón y queso” muy rápido y fácil de hacer, con ingredientes frescos, y en el que no necesitas horno, sólo el microondas.
Esta “Ensalada gourmet” que lleva ventresca de atún claro, tomate, huevo, aceitunas negras, cebolla morada… ¡y para la fiambrera!
Siempre hay que seguir unas buenas indicaciones en el manejo de los alimentos para manipularlos de manera correcta. Por eso, vamos a aprender gracias a la campaña “El huevo, de etiqueta” unos trucos para que consumamos huevos de manera totalmente segura, incluso en verano o épocas de calor.
Los huevos con las indicaciones obligatorias en su cáscara y etiquetado cumplen con los requisitos del modelo europeo de producción.
En ellos se marca la fecha de consumo preferente, que indica el tiempo durante el que un huevo puede considerarse fresco. Esto solo se aplica a un huevo que tenga su cáscara limpia e intacta (sin fisuras ni roturas), y que haya estado bien conservado (en el frigorífico tras la compra).
Si los huevos no llevan marcada en la cáscara la fecha de consumo preferente podrás encontrarla en su envase. Guárdalos allí para tener siempre disponible esa información.
Un huevo se considera fresco hasta los 28 días después de la puesta si ha estado bien conservado (sin cambios térmicos bruscos y en el frigorífico después de la compra).
Una vez cascado, el huevo debe cocinarse o consumirse a la mayor brevedad posible. Al ser un alimento muy nutritivo, si no se conserva y manipula correctamente puede contaminarse fácilmente con microorganismos del entorno, lo que haría su consumo poco seguro.
Resumiendo, debemos tener en cuenta estas ocho indicaciones:
No lavar los huevos para guardarlos en la nevera, sólo si los vas a consumir inmediatamente.
Conservarlos en el frigorífico, así permanecerán frescos más días.
nos han recordado que no guardemos en la nevera, junto a los huevos, alimentos que desprendan un fuerte olor (como el pescado, por ejemplo) porque lo absorberán enseguida 😉
No pongas en contacto alimentos que desprendan olor y los #huevos, ya que su cáscara es porosa… ¡lo absorberán ipso facto!
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