Última parada de nuestra visita a Huevos DAGU ▶️ Después de haber sido clasificados y seleccionados, los huevos pasan a ser envasados en más de 20 tipos de presentaciones diferentes. ¡Ya están listos para llegar a tu hogar! 🛒🥚🏡
Nuestra empresa trabaja muy vinculada a la realidad de nuestra sociedad y comprometida con una avicultura sostenible. Desde hace años estamos aplicando medidas para la mejora medioambiental y la reducción del impacto ecológico de nuestra actividad.
Hemos optimizado nuestros procesos para reducir el gasto energético -y por tanto, las emisiones de CO2-, incluso generamos parte de la energía que consumimos con células fotovoltaicas.
También hemos mejorado la eficiencia del uso que hacemos de los recursos naturales no renovables, principalmente el agua, y hemos creado soluciones pioneras para la gestión ecoeficiente de los residuos de nuestras granjas.
Los ovoproductos están cada vez más presentes en nuestra cocina y sobre todo en la profesional. ¿Conoces su etiquetado? Esta información y mucha más de interés en la web de la Asociación Española de Industrias de Ovoproductos INOVO.
Hoy os vamos a mostrar unas interesantes actividades que han compartido en nuestro Facebook. Se hacen con hueveras y son una idea genial para crear juegos para los peques con materiales muy comunes y asequibles.
Si miras el hashtag #lidmhueveras encontrarás un montón de ideas y posibilidades! Mira algunos ejemplos:
Nuestra empresa trabaja muy vinculada a la realidad de nuestra sociedad y comprometida con una avicultura sostenible. Desde hace años estamos aplicando medidas para la mejora medioambiental y la reducción del impacto ecológico de nuestra actividad.
Hemos optimizado nuestros procesos para reducir el gasto energético -y por tanto, las emisiones de CO2-, incluso generamos parte de la energía que consumimos con células fotovoltaicas.
También hemos mejorado la eficiencia del uso que hacemos de los recursos naturales no renovables, principalmente el agua, y hemos creado soluciones pioneras para la gestión ecoeficiente de los residuos de nuestras granjas.
Además, ahora tenemos un packaging en el que han primado los criterios de mejora del impacto medioambiental y de reducción de los residuos (únicamente se utilizan materiales reciclables y biodegradables).
Desde el pasado martes 13 de diciembre ha entrado en vigor la aplicación del nuevo Reglamento (UE) Nº1169/2011 sobre la Información Alimentaria Facilitada al Consumidor.
Como nos explican desde aecosan“el etiquetado de los alimentos tendrá que incluir, de manera
obligatoria, la información nutricional, es decir, el valor energético y
las cantidades de grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono,
azúcares, proteínas y sal. Además, para que los consumidores puedan
comparar alimentos, el etiquetado debe incluir esta información por 100
gramos o 100 mililitros. La información obligatoria podrá completarse, voluntariamente, con los
valores de otros nutrientes: ácidos grasos monoinsaturados y
poliinsaturados, polialcoholes, almidón, fibra alimentaria, vitaminas o
minerales”.
Asimismo, “la información nutricional obligatoria se debe presentar en el mismo
campo visual, de manera que sea fácilmente visible, claramente legible e
indeleble”.
Sin embargo, en el caso de un alimento fresco como el huevo este nuevo Reglamento no es obligatorio ya que, como detallan en la web explicativa “El etiquetado cuenta mucho”, “están exentos los productos sin transformar o curados que incluyen un
solo ingrediente, el agua, sal, especias, té, vinagres, aditivos
alimentarios, bebidas con grado alcohólico volumétrico superior a 1,2 %, los alimentos en envases cuya superficie mayor es inferior a 25 cm2 (como mermeladas o mantequillas de hostelería), entre otros”.
A continuación, compartimos estos tweets que lo explican:
Es uno de los alimentos más versátiles en nuestras
cocinas, pero también uno de los más sensibles a la contaminación debido a su
riqueza en nutrientes. Para consumir huevo de forma correcta y segura, es necesario
seguir unas buenas prácticas de manejo y conservación que no todo el mundo
conoce.
¿Hay que guardar los huevos en el frigorífico? ¿Debemos lavarlos antes de
guardarlos? ¿Se pueden mantener alimentos cocinados con huevo a temperatura
ambiente? La campaña “El huevo, de etiqueta” de INPROVO (Organización
Interprofesional del Huevo y sus Productos) te ayuda a resolverlas.
El Modelo Europeo de Producción implica un importante esfuerzo de los
productores para llevar a nuestras casas huevos frescos y seguros. Sin embargo, todas
las precauciones adoptadas para garantizar la higiene y la seguridad alimentaria en el
proceso de producción del huevo pueden resultar inútiles si no se manipula
correctamente antes de su consumo.
Tras la compra debemos preservar su frescura y calidad manteniéndolos entre 1ºC y
10ºC. ¿El lugar ideal? El frigorífico. Guárdalos sin lavar y, a ser posible, en su estuche.
Así mantendrás la protección natural de la cáscara del huevo frente a
microorganismos externos, olores extraños o humedad. Además, siempre tendrás a
mano la información importante del etiquetado, como la fecha de consumo
preferente (que no es obligatorio indicar en la cáscara del huevo, pero sí en el envase). El envase protege también al huevo de los cambios de temperatura que se producen
cuando abrimos frecuentemente el frigorífico.
Esta variación térmica, especialmente de frío a calor, no es buena para el huevo. Por
esta razón no se refrigeran durante su distribución ni en el punto de compra. En casa,
saca del frigorífico solo los huevos que necesites. Antes de utilizarlos, desecha los
sucios, rotos o agrietados. Puedes lavarlos antes de su uso, nunca para guardarlos
después. Además, es recomendable confirmar que están en el plazo marcado por la
fecha de consumo preferente.
Limpia bien las manos, superficies y utensilios de cocina antes y después de
manipular el huevo. Procura no cascar los huevos en borde del recipiente donde los
vayas a batir, para evitar que caigan trocitos de cáscara. No separes la clara y la yema
con la cáscara, porque esto facilita que cualquier posible contaminación exterior que
hubiera en ella se diluya en la parte comestible del huevo.
¿Y la salmonela?
Los productores de huevos comerciales mantienen sus granjas libres de
enfermedades aplicando medidas de bioseguridad, higiene y de prevención de la
contaminación de las aves. En España, las gallinas ponedoras se vacunan
obligatoriamente contra la salmonela. Además, se realizan análisis periódicos, de los
propios productores y de los inspectores oficiales.
La salmonela provoca una toxiinfección alimentaria (salmonelosis) cuando se
reproduce en alimentos que no se han manipulado higiénicamente. Para evitarla,
además de los consejos anteriores, conviene recordar unas normas básicas:
Consume huevos procedentes de granjas registradas y controladas: lo sabrás
porque llevan información obligatoria en su envase y en su cáscara.
Conservar refrigerados los alimentos, frescos o cocinados: la salmonela
puede multiplicarse a una gran velocidad en alimentos frescos, especialmente en
verano cuando se dejan a temperatura ambiente. No olvides guardar lo antes posible
los platos y las salsas elaborados con huevo en el frigorífico, tanto si son caseros
como industriales.
Cocinar a temperatura suficiente los platos con huevo: Cocinar a 70ºC o más
garantiza la eliminación de la salmonela. Los platos que no se vayan a consumir de
forma inmediata deben mantenerse calientes, o en refrigeración si se trata de
platos fríos que tengan que conservarse durante un tiempo antes de su consumo.
Hay que cuidar la higiene, el tiempo y la temperatura en la preparación y
conservación de platos con huevo que no se consuman inmediatamente tras su
elaboración.
Evitar la contaminación cruzada: el recipiente o el cubierto utilizados para
batir los huevos, por ejemplo, no deben ponerse en contacto con la tortilla ya
hecha. Tampoco se debe cascar el huevo en el recipiente que emplearemos después
para batirlo, cocinar o servir los alimentos ya preparados.
Siempre hay que seguir unas buenas indicaciones en el manejo de los alimentos para manipularlos de manera correcta. Por eso, vamos a aprender gracias a la campaña “El huevo, de etiqueta” unos trucos para que consumamos huevos de manera totalmente segura, incluso en verano o épocas de calor.
Los huevos con las indicaciones obligatorias en su cáscara y etiquetado cumplen con los requisitos del modelo europeo de producción.
En ellos se marca la fecha de consumo preferente, que indica el tiempo durante el que un huevo puede considerarse fresco. Esto solo se aplica a un huevo que tenga su cáscara limpia e intacta (sin fisuras ni roturas), y que haya estado bien conservado (en el frigorífico tras la compra).
Si los huevos no llevan marcada en la cáscara la fecha de consumo preferente podrás encontrarla en su envase. Guárdalos allí para tener siempre disponible esa información.
Un huevo se considera fresco hasta los 28 días después de la puesta si ha estado bien conservado (sin cambios térmicos bruscos y en el frigorífico después de la compra).
Una vez cascado, el huevo debe cocinarse o consumirse a la mayor brevedad posible. Al ser un alimento muy nutritivo, si no se conserva y manipula correctamente puede contaminarse fácilmente con microorganismos del entorno, lo que haría su consumo poco seguro.
Resumiendo, debemos tener en cuenta estas ocho indicaciones:
No lavar los huevos para guardarlos en la nevera, sólo si los vas a consumir inmediatamente.
Conservarlos en el frigorífico, así permanecerán frescos más días.
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