Conoce las partes de un huevo

Como recordaréis, la semana pasada hablamos de los pasos que se suceden para la formación del huevo de gallina. Siguiendo ese hilo, en este post de hoy explicaremos las diferentes partes de las que se compone un huevo. Empezamos.

Un huevo pesa por término medio unos 60 gramos, que se reparten en 30% la yema, 60% la clara y un 10% del peso total la cáscara y las membranas.

Ésas son las principales que lo componen pero, en realidad, su composición es más compleja. Si le hiciéramos un corte transversal a un huevo, podríamos distinguir las siguientes partes:

Mirando la imagen, vemos en el centro del huevo una zona anaranjada que es la yema. Está recubierta por la membrana vitelina que es transparente, da forma a la yema y permite que se mantenga separada de la clara. Cuando esta membrana separadora se rompe, la yema se desparrama.

Sobre la yema hay un pequeño disco blanco, llamado disco germinal o blastocito, que es donde se produce la división celular si el huevo está fecundado.

Después podemos ver la clara o albumen. Según su densidad la podemos dividir en dos grandes partes: albumen denso y fluido. Si cascamos un huevo podremos distinguirlos. El denso es sobre el que flota la yema en el centro y la rodea, y el fluido es el más próximo a la cáscara.

Saliendo desde la yema hasta los dos extremos del huevo, existen unos filamentos enrollados responsables de que la yema quede suspendida en el centro: son las chalazas.

Por último se encuentra la cáscara, que protege la integridad física del huevo y actúa como barrera contra las bacterias. Está compuesta en su mayor parte por calcio y pequeñas cantidades de otros minerales, y recubierta por poros que facilitan la “aireación” del huevo, sobre todo en su parte gruesa.

Recubriendo el interior de la cáscara están las membranas testáceas externa e interna. Cuando la gallina pone un huevo, estas membranas están fuertemente pegadas entre sí. Pero, al enfriarse poco después de la puesta (la temperatura corporal de la gallina es de 39ºC), las estructuras internas se contraen y entra aire por los poros de la parte gruesa del huevo y se forma la cámara de aire.

Existe la creencia de que se puede triturar la cáscara del huevo e ingerirla para aprovechar su gran cantidad de calcio, pero no es así. La forma química en la que se encuentra ese calcio no es aprovechable por el organismo humano.

¿Cómo crea la gallina el huevo?

Con este post entenderás el proceso de formación de los huevos de gallina.

Las gallinas alcanzan la madurez sexual y comienzan a poner huevos en torno a las 20 semanas de vida. Pero hasta entonces, y en adelante, siguen unas pautas sanitarias, de alimentación, higiene y cuidados que les permitan poner huevos de la mejor calidad.

La puesta se produce cada 24-26 horas, independientemente de que haya un gallo que los fecunde. Es más, en las granjas no conviven con gallos, por lo que los huevos que se comercializan no son fecundados y no se pueden incubar para que nazcan pollitos. La hora a la que suele suceder es entre las 7 y las 11 de la mañana, y 15-30 minutos después puede iniciarse de nuevo el proceso de ovulación.

En esta imagen podéis seguir el camino de formación del huevo y sus tiempos:

El aparato reproductor de la gallina está compuesto por ovario y oviducto (desde el infundíbulo hasta la cloaca), y se desarrollan sólo los izquierdos.

El ovario pesa unos 35 gramos, tiene forma de racimo de uva y está ubicado en la parte inferior de la cavidad abdominal, cerca del riñón. En él alberga más de 4000 óvulos microscópicos, de los que pocos llegarán a desarrollarse y formar una yema. La ovulación de la gallina consiste en eso precisamente, la yema crece durante unos 10 días en el ovario y la de mayor tamaño es captada por el infundíbulo, primera zona del oviducto y con forma de embudo.

El oviducto es un tubo de 60-70 cm de largo y 40 gramos de peso, y está dividido en las siguientes secciones: infundíbulo, magno, istmo, útero (glándula tubular y matriz) y cloaca.

Durante todo este camino la yema se va rodeando de diferentes estructuras y membranas (albumen o clara) que la protegen y que le confieren sus propiedades nutricionales posteriores. Es curioso que la formación de la cáscara se produce en la última parte del proceso y como protección final de la yema-clara dando lugar al huevo.

Otro día escribiremos con detalle sobre las diferentes partes de las que consta un huevo y de sus propiedades.

Una cáscara perfecta para un huevo fresco

Una cáscara sin imperfecciones es la garantía de que el huevo conserva todas sus propiedades naturales hasta el momento del consumo.

Te contamos cómo hacemos para que nuestros huevos salgan desde Guadalajara en perfecto estado y lleguen hasta las tiendas frescos y limpios.

Muchas cosas han cambiado para bien desde que empezamos en 1979. Hoy en día DAGU es un granjero moderno que, además de cuidar de dos millones de gallinas, controla la calidad de los huevos, revisándolos uno por uno (y no es broma).

Para ello cuenta con aliados excepcionales y te queremos presentar a uno de ellos, que nos ayuda en el proceso de selección. Su nombre lo dice todo: crack detector.

Como habrás podido intuir, con esta tecnología comprobamos que cada uno de los huevos tenga la cáscara íntegra y limpia, sin fisuras ni suciedad como plumas o gallinaza. Mediante un sistema acústico escanea toda la superficie del cascarón y separa los que tengan algún defecto.

Los huevos que son finalmente envasados pasan, además, otros controles de calidad y seguridad alimentaria. En menos de 24 horas están disponibles para la venta en centros de distribución alimentaria de toda España peninsular.

Huevo y colesterol, amor posible.

Hace unos días comentábamos en este post el enfado del huevo por “ciertas cosas que dicen de él que no son verdad”. Hoy le vamos a ayudar a aclarar la primera de todas las dudas: el colesterol.

Existe la creencia de que hay que disminuir el número de huevos que se consumen a la semana porque aumentan los niveles de colesterol. Nada más lejos de la realidad.

Los numerosos estudios científicos que se han venido realizando en los últimos 20 años demuestran que no existe una relación causa-efecto entre el colesterol ingerido por consumo de huevos y el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular.

Veamos. En nuestra dieta (lo que comemos diariamente), los principales responsables del aumento de los niveles de colesterol en sangre (sobre todo del “malo” o LDL) son las grasas saturadas y las grasas parcialmente hidrogenadas o trans.

Y tú te preguntas “cómo puede ser si el huevo tiene colesterol…”. Sí, es cierto.  Un huevo de tamaño “M” contiene unos 200mg de colesterol, pero… Ahí viene su particularidad.

La mayoría de los alimentos ricos en colesterol también suelen ser ricos en grasas saturadas, pero en el huevo no es así. Un huevo tiene más grasas insaturadas que saturadas y un total de 70 calorías si es de tamaño medio (M). Además, debido a su contenido en fosfolípidos, que interfieren en la absorción del colesterol, un huevo tiene muy poco efecto sobre los niveles de éste en sangre.

Es decir, que cuando te haces un análisis de sangre y ves que te han aumentado los niveles de colesterol, no ha sido por comer huevos y no tienes que renunciar a comerlos.

Gracias a los estudios epidemiológicos recientes, realizados en grandes grupos de población, se ha definido la recomendación de que las personas sanas pueden comer un huevo al día y las que padezcan hipercolesterolemia u otra dislipemia pueden consumir dos o tres a la semana, ya que han demostrado que no existe relación entre su consumo y la aparición y desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

-Y si tengo niveles altos de colesterol, ¿qué hago? Pues las recomendaciones generales serían: mantener un peso adecuado, seguir una dieta variada y equilibrada (disminuyendo el consumo de alimentos con grasas saturadas y grasas trans), hacer ejercicio con regularidad y no fumar. En estos casos también hay que tener en cuenta los factores genéticos y, por supuesto, seguir las pautas y recomendaciones de nuestro médico.

                                 

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Estas informaciones se basan en las recomendaciones del Consejo Asesor del Instituto de Estudios del Huevo, la American Heart Association, y otros organismos de referencia nacionales e internacionales.

¿Qué es ser un Gran Chef?

Podría haber diferentes opiniones y puntos de vista… pero la respuesta es más sencilla de lo que parece. El Gran Chef está dentro de cada uno de nosotros y, a su vez, todos formamos un universo Gran Chef que nos acoge.
El que cocina por amor, el que ha hecho de ese amor su profesión, los que disfrutan en familia o entre amigos de los platos que cocinan, los que no se conocen pero se acompañan compartiendo todo lo que les gusta, los que saben apreciar las elaboraciones de los otros, los que se hacen algo rápido y fácil porque no tengo tiempo, hasta los que se sientan a la mesa con el paladar anhelando… Todos.

Para todos esos y más, os proponemos esta receta que queda muy mona y muy rica. ¿Alguien se atreve?


Empanada de bacalao y huevo con escalivada de verduras

Ingredientes y elaboración (para 4 personas)

Para hacer la escalivada
  • 100g de berenjena
  • 100g de pimiento rojo
  • 100g de pimiento verde
  • 100g de tomate
  • 100g de cebolla
  • 20ml de aceite de oliva virgen extra
  • 5g de sal

Cortamos en daditos la berenjena, los pimientos, el tomate y la cebolla. Lo echamos todo en una sartén para pocharlo con el aceite y la sal.

Para hacer la empanada

  • 200g de masa de hojaldre
  • 400g de bacalao
  • 6 huevos

Cocemos los huevos y, una vez pelados, los picamos en daditos también y lo mezclamos con la escalivada que ya teníamos preparada. También añadimos el bacalao cortado en dados pequeños.

Por otro lado, estiramos la mitad de la masa de hojaldre con la ayuda de un rodillo y vertemos la mezcla con la escalivada, el huevo y el bacalao en el centro, repartiéndolo todo de manera uniforme.

Estiramos el resto de la masa dejándola un poco más sobrante ésta de abajo para así poder pegar ambas capas y cerrar la base. Con la ayuda de un tenedor, unimos la parte de arriba con la de abajo haciendo presión en los bordes hasta que nos quede bien cerrado.

La pintamos con huevo y horneamos unos 20 minutos a 180ºC.

Empanada de bacalao y huevo con escalivada de verduras
Fuente: El gran libro del huevo, Instituto de Estudios del Huevo, ed. Everest, 2009

Para Saber Cómo Cocinar con Huevo y otras Cosas Curiosas…

Bienvenid@! 🙂
Hola, 
Nos llamamos DAGU, pero en realidad somos más de 250 personas y 2.000.000 de gallinas. Estamos en Guadalajara desde 1974 (no siempre los mismos, claro). Eso sí, lo que no ha cambiado desde el primer día es la ilusión con la que trabajamos para hacer llegar a las cocinas españolas huevos de la mejor calidad.
Y ahora, con esta misma ilusión, queremos compartir contigo lo que mejor sabemos hacer y todo lo referente a este alimento estrella: el huevo.
¿A ti también te gusta cocinar platos que lleven huevo?
¿Disfrutas más todavía degustando después esas recetas?
Sí, nos pasa lo mismo! 😉

Nos encantaría compartir esta pasión contigo.

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