Al cumplir los 50 años empezamos a poner más interés en nuestros cuidados, que incluye lo que comemos. Algunas personas se preocupan del sobrepeso, de los niveles de colesterol que en el último análisis les salió un poco alto, etc. Cuidarse para encarar la madurez con un buen estado de forma es muy importante para los cincuentañeros y para ellos el huevo es un aliado excepcional.
Saber elegir los alimentos que se consumen es básico para potenciar una buena salud; además de hacer ejercicio con regularidad. Es importante que los ingredientes de los platos que se comen con frecuencia sean sanos y proporcionen placer al comensal.
Estudios publicados en prestigiosas revistas médicas -como JAMA o European Journal of Nutrition- explican los beneficios del consumo de huevos para la salud.
Para los cincuentañeros el huevo es especialmente adecuado por múltiples motivos, derivados del hecho que, clara y yema juntos, contienen los 9 aminoácidos esenciales y proteína de la mejor calidad.
Por ejemplo, porque el huevo aporta proteína de la mejor calidad, que beneficia el tono muscular. Las personas mayores de 50 años suelen sufrir una pérdida de masa muscular y, ya que la proteína del huevo mantiene y crea tejido muscular, es un alimento clave para evitar la fragilidad que causan los años en las personas. Para ello es especialmente interesante tomar huevo con regularidad, preferiblemente por la mañana (no esperar a la cena), para cubrir la pérdida de masa que tenemos durante las actividades de la jornada.
No debemos temer al huevo por su contenido calórico. El huevo tiene un aporte energético moderado y aporta una gran sensación de saciedad, esto hace que se retrase el momento en que sentimos hambre y, por lo tanto, evitamos las tentaciones de picar algo fuera de horas.
Los numerosos estudios que han desmentido el mito del huevo y el colesterol han descubierto que el huevo, al contrario, es un alimento cuyo consumo puede aportar beneficios para la salud cardiovascular.
El huevo es una cajita natural de elementos nutritivos y funcionales que ayudan a nuestro cuerpo a funcionar mejor. Por ejemplo, la luteína o la zeaxantina, carotenoides que se encuentran en la yema del huevo que se depositan en la retina del ojo y que previenen la degeneración macular que puede ocurrir en el proceso de envejecimiento.
En enero abundan las promociones de productos farmacéutico multivitamínicos. Nosotros preferimos pensar que la buena nutrición no es cosa de temporadas, sino de buenas costumbres y de buenos alimentos. El huevo, para los mayores, es esencial.