Ninguna. Así es, aparte del color, no hay ninguna diferencia en cuanto a calidad o propiedades nutritivas del huevo.
Que la cáscara del huevo sea marrón o blanca, según la raza de la gallina, depende del depósito en su matriz cálcica de unos pigmentos llamados porfirinas. Los diferentes niveles de coloración (tonos de marrones) también se deben a las particularidades de cada gallina.
En la intensidad o el color de la cáscara del huevo no influye ni la alimentación ni el sistema de cría de las gallinas.
Resumiendo: una gallina blanca pone huevos blancos; una gallina morena, huevos morenos; y una gallina muy morena, huevos más oscuros. En la actualidad, la mayoría de las gallinas en España son morenas, por eso los huevos morenos son los más habituales.