Parece una cosa sencilla y lógica, pero… ¿Cuáles son tus trucos?
- Escoge el recipiente donde los vas a batir: puede ser una taza, un bol o un plato hondo. Depende del plato que vayas a preparar, de la cantidad de huevos que utilices o de si después le añadirás al huevo otro alimento (unas patatas para la tortilla, por ejemplo).
- También hay gustos para elegir con qué los batirás: con un tenedor, o con una batidora de varillas manual o eléctrica.
- ¿Hasta qué punto bates lo huevos? Por ejemplo, si vas a hacer una tortilla francesa puedes batirlos hasta que salga espumita. O si vas a usar el huevo para pintar unas empanadillas, no los batirás tanto para que no coja aire.
- Si vas a cocinar una tortilla o hacer un bizcocho, tampoco es lo mismo batir el huevo entero o hacerlo con clara y yema por separado. Para que quede más esponjoso, puedes batir las claras incluso hasta punto de nieve y luego añadirle las yemas.
- Otro consejo es echar la sal u otras especias o alimentos cuando el huevo está ya batido, y después mezclar bien.
Como veis, el huevo es infinito!