Potaje de vigilia

Hoy es Miércoles de Ceniza y, por tanto, empieza la Cuaresma. También se celebra el entierro de la sardina como fin a las fiestas de Carnaval.

Dentro de las costumbres gastronómicas para los cristianos en este período de abstinencia que hoy inicia, uno de los platos que se suelen comer los viernes es el “potaje de vigilia”.

Sus ingredientes principales son el bacalao desalado, los garbanzos, las espinacas y el huevo duro cortado a cuartos o picado por encima.

Si lo queréis hacer en casa, compartimos aquí la receta:

Potaje de vigilia

Ingredientes y elaboración (para 4-6 personas)

  • 200g de garbanzos
  • 200g de judías blancas
  • 400g de espinacas
  • 200g de bacalao
  • 200ml de aceite de oliva
  • 3 cebollas grandes
  • 3 zanahorias
  • 3 dientes de ajo
  • 1 cucharadita de harina
  • 2 huevos duros
  • Pimentón dulce
  • Una pizca de sal

Ponemos el bacalao a desalar durante 24 horas, cambiando el agua cada 8 horas. O podemos optar por comprar el bacalao desalado. También pondremos los garbanzos y judías en remojo la noche anterior.

Sacamos el bacalao del agua, lo secamos y desmenuzamos, tendremos cuidado de que no vaya ninguna espina.

Ponemos una cacerola al fuego con bastante agua y echamos la mitad del aceite, los ajos enteros sin pelar y una cebolla pelada y cortada por la mitad. Cuando el agua esté a punto de hervir añadimos los garbanzos y las judías, tapamos la cacerola y los dejamos cocer a fuego lento, hasta que estén blandos (2 horas aproximadamente o algo más).

Una vez lavadas las espinacas, las cortaremos en trocitos, y en una olla aparte, blanqueamos las espinacas (agua hirviendo con sal y meter y sacar) para quitarles un poco el amargor y reservamos.

Mientras, en una sartén echamos el resto del aceite, y cuando esté caliente añadimos las dos cebollas y las zanahorias bien picaditas, y cocemos a fuego lento removiendo de vez en cuando.

Cuando la cebolla esté tierna añadimos la harina (para espesar un poco) y el pimentón, removemos bien para evitar que se formen grumos. Añadimos unas cucharadas del caldo de cocer los garbanzos y las espinacas y mezclamos todo bien, entonces subimos el fuego y rehogamos rápidamente durante un minuto todo sin parar de mover. Echamos esta mezcla en la cacerola de las legumbres, removemos y dejamos cocer de nuevo a fuego lento durante unos 15 minutos.

Pasado este tiempo, añadimos el bacalao y dejamos cocer durante unos 10 minutos más.

Poner a punto de sal, esto a gusto, pero hay que tener en cuenta que el bacalao dará ya un toque salado al guiso. Y por último una vez servido se decorará con el huevo duro picadito por encima.

¿Cómo cocer un huevo?

Un Gran chef cualquiera entra a su cocina, se pone el delantal y piensa en hacer huevos cocidos. Pero… ¿cómo los hará?

Depende del tiempo de cocción. Así, puede escoger entre: huevos pasados por agua, huevos duros o cocidos y huevos mollet. Lo explicamos.

HUEVOS PASADOS POR AGUA

Ponemos los huevos en un cazo y los cubrimos con agua. Llevamos a ebullición a fuego no muy rápido para que el agua se caliente poco a poco. Después, bajamos a fuego muy suave durante 3 minutos.

Para que sea más cómodo, servimos cada huevo en una huevera especial (tipo copa) y los abrimos con cuidado con una cucharilla. Se pueden comer con sal o sin sal, según gustos.

HUEVOS COCIDOS

Podemos prepararlos partiendo de:

Agua fría: Recién sacados de la nevera, los ponemos en un cazo con agua cubriendo hasta la mitad. Podemos añadir sal al agua para que la cáscara no se rompa. Tapar y calentar hasta ebullición. Después, bajar el fuego; y esperar 4 minutos para huevos grandes clase L.

Si le has echado sal al agua y aún así se rompe un poco la cáscara, añadir de inmediato unas gotas de vinagre o limón para que la clara que se ha salido se coagule y no salga más.

Agua hirviendo: Pinchamos el extremo redondeado del huevo con una aguja y los vamos introduciendo con una cuchara y con cuidado en el agua hirviendo. Bajamos el fuego, esperamos a que el agua vuelva a hervir, lo tapamos y contamos 11 minutos.

Si te gusta que la yema quede en el centro, cuece huevos muy frescos.

Cuando los huevos se cuecen demasiado, puede aparecer un halo grisáceo alrededor de la yema. Esto sucede porque se libera sulfuro de hidrógeno que, en contacto con el hierro de la yema, se convierte en sulfuro de hierro que es de color gris verdoso. No te asustes, aunque tengan peor aspecto, siguen siendo comestibles.

Para poder pelar de manera más fácil los huevos ya cocidos, pásalos por agua fría inmediatamente después.

Para que te aguanten unos cuantos días, guárdalos en la nevera.

– También los podemos cocer en el microondas, si los vamos a utilizar para picarlos, así: Cascamos el huevo en un plato y pinchamos la yema sin llegar a romperla. Tapamos y lo metemos en el microondas 40 segundos a una potencia de 300w. Dejamos reposar 2 minutos y volvemos a programar otros 40 segundos a la misma potencia. Volvemos a esperar otros 2 minutos y miramos si ya está a nuestro gusto.

Si queremos cuajarlo un poco más, ponerlo en el microondas otros 30 ó 40 segundos a la misma potencia. No te pases de cocción o te puede quedar un “huevo-cartón”, y espera siempre los 2 minutos de reposo para que la yema no explote.

HUEVOS MOLLET

El procedimiento es similar al del huevo cocido, salvo que deben estar 5 minutos en agua hirviendo. También podemos añadirle la sal al agua para que no se rompa y pasarlo después por agua fría, aunque nos costará más pelarlo que con un huevo cocido. El huevo mollet nos quedará con una clara firme pero con la yema blandita.

Todos apetecen por igual, pero ¿cuál os gusta más hacer?